martes, 19 de mayo de 2009

Un día Perfecto


Mazzucco nos cuenta la historia de una familia: un policía, enloquecido, Buonocore, su mujer, Emma, y sus hijos, Valentina y Kevin. Y nos cuenta también la historia de todos los personajes que pululan a su alrededor: los amigos/enemigos de Kevin, en el colegio, el político para quien trabaja a quien guarda las espaldas Buonocore, Elio, junto a su mujer, Maja, la hija de ambos, Camilla y el hijo del político, Aris.

Buonocore está separado de Emma, a la que ha maltratado sistemáticamente, hasta que ésta se ha marchado, junto a sus dos hijos, a casa de su madre. Está obsesionado con ella. Emma lucha por olvidarse de él mientras mal vive en una casa pequeña, decidida a volver a empezar, después de todo. Valentina se hace un piercing, en busca de su identidad, enfadada con su madre, a la que culpa de la separación. Kevin, con un ojo vago tapado por un esparadrapo, sufre el acoso de sus compañeros de colegio y es ayudado por Camilla, la hija del político al que guarda las espaldas su padre, y le invita a su fiesta de cumpleaños, mientras Maja, su madre, se debate entre el deseo que siente por Aris, el hijo de su marido, un anti sistema que juguetea con el terrorismo, y el aburrimiento de su vida de rica, o el propio político, Elio, que se equivoca de discurso en un mitin muy conflictivo y que es defenestrado por el presidente.

Historias que van creciendo, que van tomando forma y que terminan convergiendo. Pero lo más interesante de esta novela no es tanto el argumento como los sentimientos, la profundidad con la que analiza a cada uno de los personajes. Desde esa noche en la que descubrimos al policía vigilando la ventana de su mujer, la autora se empeña en explicar, radiografiar, penetrar en los sentimientos de cada uno, para que los entendamos, para que sepamos por qué hacen lo que hacen, sienten lo que sienten, reaccionan como reaccionan.

Es una novela extraordinaria, profunda, bien escrita, con una estructura brillante, con unos personajes reconocibles, cercanos. Hay algunas historias, como el deseo que sienten Maja y Aris, y su escapada por los bajos fondos romanos, o el fracaso de Elio el político, que se resuelven al final con una pincelada, nada más, como si la autora sólo quisiera contarnos ese día, tan perfecto, en el que cambiaron las vidas de tantos, pero también nos dijera que la vida continúa, que aunque cerremos el libro, los personajes seguirán viviendo, otros días, y que seremos nosotros los que tendremos que contarlos.

Esta mujer trata la violencia de género en sus trabajos, como lo cuenta en esta entrevista
Aquí también está otra traducción de otra entrevista
A leer. Un beso a todos.