jueves, 30 de julio de 2009

El paseo

La concentración mensual conocida como “bicicrítica”, se trata de unas ánarquica reunión informal de ciclistas que reclaman en Madrid: el respeto de los automovilistas, así como el apoyo institucional de las autoridades, quieren fomentar un mayor uso de la bicicleta en la ciudad. En estas quedadas mensuales, como ellos lo llaman, en cada nueva convocatoria, aumentaba el número de participantes. Abundan los jóvenes y personajes diversos: con rocambolescos aspectos, en menor número: personas mayores y niños, aunque alguno siempre se ve.
Se trata de una manifestación variopinta, con gente de todo parecer, algunos llevaban mascotas: perros, una pitón, un hurón. También participan una buena cantidad de patinadores de ambos sexos. Las patinadoras, supongo que por el ejercicio físico y el entrenamiento que realizaban, tener un aspecto corporal imponente, con sus ajustadas mallas, resaltando aún más, si cabe, sus preciadas formas femeninas. Unos pocos ciclistas arrastran carritos con equipos de sonido, amenizando el paseo. La música que se escuchaba, es marchosa y con canciones un tanto raras, relacionadas con la bicicleta.
Estas reuniones públicas reivindicativas, se producían cada último jueves del mes. En ellas participaban ya más de dos mil vehículos de dos ruedas, unos doscientos patinadores y algún monociclo que mantienen constantemente el equilibrio. A partir de las ocho de la tarde: aparecen ciclistas y patinadores provenientes de todos los confines de la ciudad; se juntan frente al antiguo Palacio de Comunicaciones, antes conocido como el edificio de Correos, hoy convertido en consistorio emblemático de la Ciudad. En los pasquines que algunos participantes reparten, la hora de salida figura a las ocho de la tarde, pero la realidad era tozuda; se retrasa más de media hora. Cuando la masa de participantes considera que es el momento y están todos, o una buena cantidad de ellos, o están aburridos de esperar; entonces, inician una serie de gritos y ruidos: timbrazos, bocinazos y pitidos que impulsan la salida, las bicicletas y patines comenzaban a invadir la plaza de Cibeles, aprovechando que los semáforos se ponen rojos para los automovilistas. La masa móvil sin motor, que hasta ese momento había esperado bajo el edificio del ayuntamiento, comenzan a deslizarse; dando una primera vuelta a la plaza de Cibeles; después, enfilan por el paseo del Prado, pasando a lado del Banco de España, hacia Atocha; girando en Neptuno y volviendo otra vez a la plaza de Cibeles, como para recoger a los rezagados que llegan a última hora. Pedalean y patinan agrupados, ocupando toda la calzada, a un ritmo normal, tirando a lento. Cada mes, el nutrido grupo toma una ruta diferente hacia una meta diferente. El final del paseo cambian en cada convocatoria, según un acuerdo extraño, establecido a través de un foro en Internet, que no siempre se cumplía, incluso, a veces, se repen destinos por rutas diferentes.Al final del paseo, después de pedalear normalmente algo más de dos horas, suelen caerse por zonas ocupadas por grupos reivindicativos de la ciudad. El paseo acaba en un punto donde se puede comer y beber algo. El final de etapa suele ser un Centro Social o Cultural Alternativo; lugares legales o tomados ilegalmente. En verano, alguna “bicicrítica” terminan en mitad de un parque público o en un descampado.
Una misteriosa administración, oculta entre los asistentes, organiza el abastecimiento de final del paseo, con la venta de bocadillos y bebidas. Por este medio, se recoleca algo de dinerillo, con el que se cube algunos gastos de propaganda y otras actividades relacionadas: como la compra de alguna herramienta para los talleres de reparación de bicicletas, o accesorios para los equipos de sonido construidos artesanalmente, que son fabricdos adaptando bafles o altavoces comerciales a los carritos tirados por alguna bicicleta perteneciente a un ciclista próximo a los organizadores. Los patinadores van más por libre, algunos llevan mochilas musicales con altavoces incorporados. En Fin este es otro Madrid de corazón grande.

lunes, 13 de julio de 2009

De toros, niños y trenes y bicicletas

Hace tiempo que andaba buscando un viejo texto, lo había titulado “De niñas, niños, toros y trenes”, se había traspapelado. Hoy lo he encontrado, y después de releerlo, pienso que es muy posible que esta tardía afición a escribir que últimamente tengo, haya nacido a partir de redactar el mencionado texto.
En el ser humano existe la necesidad de contar hechos que nos afectan, para que los demás participen en nuestros sentimientos, también cuando queremos que algo cambie, de alertar de un hecho para que no se repita. También se puede emplear la escritura como arma, como herramienta de denuncia, como deseo de tener justicia… y querer cambiar con las palabras; los errores que se cometen. Transcribo el texto, que en su día, traté de que fuera publicado en algún medio local, con poco éxito:

El sábado ocho de febrero de 1992, a las cinco de la tarde, en un espléndido día soleado, de esos pocos que nos brinda el invierno, seis niños de Fontanar, la localidad en donde vivo, mis dos hijas y yo; decidimos ir de excursión en bicicleta, desde el pueblo, hasta la ermita de Yunquera de Henares, por el camino que sale junto al cementerio. Así, cruzamos la vía férrea Madrid-Barcelona y cogimos la carretera sin tráfico, sólo de uso agropecuario, que existe desde cerca del desvío de Tórtola y que se pierde cerca de la ermita de Yunquera.
Íbamos felices, cantando, contemplando el hermoso paisaje de la vega del Henares, atravesando campos marrones oscuros, de tierra recién labrada; mirando las alturas de los acantilados de la rivera derecha del Henares, donde comienza la Alcarria.
De pronto, un niño avisó: ¡Que viene un toro! Nos quedamos atónitos, por mitad de la carretera, teniendo como fondo una caravana de coches que hacían sonar sus bocinas, venía un toro, gigante, negro; parecido a los de toros planos que descubríamos en los viajes en familia, cuando circulábamos por las carreteras nacionales.
¡Pero este se movía! Se movía hacia nosotros, y no estábamos dentro de un coche que nos protegiera, ni teníamos dónde refugiarnos ni a dónde huir. Grité a los niños que regresaran. Reaccionaron lentamente, sin creerse lo que veían. La más pequeña de mis hijas, la de cinco años, venía conmigo detrás, en la sillita sobre el trasportín, la cogí en brazos, tiré la bicicleta y comencé a retroceder corriendo. El toro nos vio, aceleró el paso, comenzó a galopar hacia nosotros que, impotentes, veíamos como iba creciendo hasta sentirlo encima. No sé por qué corrí hacia la izquierda, el toro detrás, caí con la niña en brazos en la cuneta lateral de la carretera. Creo que el desnivel me ayudo, sus pitones pasaron a unos veinte centímetros de mi costado. Todo ocurrió en un segundo, aunque recuerdo las imágenes como interminables.
Después el animal regresó a la carretera, siguiendo hacia Fontanar. Uno de los coches que venía detrás, en procesión, azuzando, paró, subí a mi hija pequeña y rogué al conductor que llevara a la niña a mi casa, que ella se lo indicaría. Después corrí detrás de la res, que seguía persiguiendo a los demás niños, los pobres pedaleaban asustados como locos hacia Fontanar, por el mismo camino que habíamos venido. La caravana de coches irracionalmente seguía tras el astado, y el animal se veía obligado a continuar en la misma dirección, detrás de los niños. Vi como mi hija mayor, de siete años, iba quedándose atrás del grupo de chavales, era la que llevaba la bici más pequeña y tenía puesto un chándal rojo. Al llegar al cruce con la vía del tren, la niña cayó de la bicicleta al trabársele la rueda entre las vigas de madera y los rieles (este cruce no tiene ni barreras ni señalizaciones). Desde donde estaba, a unos trecientos metros, vi como se acercaba un Talgo, momentos después arrastraba una nube de polvo y se detenía a unos trecientos metros pasado el cruce. Corrí hacia la vía. Un muchacho de unos dieciocho años, que también perseguía al toro con su moto, vino hacia mí, se paró y me dijo precipitadamente que el tren había arrollado al toro y a una niña de rojo. Corrí, la cabeza me daba vueltas. Un instante después, un conductor de un coche que iba en cabeza me dijo que a la niña no le había pasado nada, que me tranquilizara. Sólo recuerdo que la niña bajó del vehículo y se arrojó sobre mis brazos, angustiada y nerviosa como nunca la había visto. Después se acercó otro muchacho en moto y me contó que el animal se había quedado atrapado en los rieles y que había sido él el que había sacado a la niña de la vía en el último instante. Me trajeron los restos de la bicicleta que había sido arrollada por el tren. Con mi hija en brazos me fui a casa.
Luego nos enteramos que el toro, había sido una vaca brava de un grupo escapado por la zona. De una nueva ganadería que había adquirido reses bravas y que al descargarlas, se les escapó.
Más tarde me contaron que el muchacho de la moto que saco de la vía a mi hija había contado a sus padres que no había visto venir al tren, que quizás, si lo hubiera visto, no sabría si su hubiera atrevido a sacar a la niña de la vía.
Cuento todo esto para denunciar lo que ocurre todavía en nuestra provincia y en nuestro país. Nadie se responsabilizará de lo ocurrido, y todos los papeles estarán en regla. Mientras tanto seguiremos pendientes de los grandes acontecimientos del año 1992.
Jesús María Rocha Torres
(Guadalajara)

A fecha de hoy, han pasado diecisiete años, todavía no he podido olvidar el susto. El cruce entre el camino y la vía sigue sin barreras, auque han instalado un semáforo. Las ganaderas están en auge por la zona del Henares. Las denuncias fueron sobreseídas, nadie se responsabilizó de nada, ni siquiera pagaron la bicicleta. Han cambado muchas cosas, mis hijos ya son adultos. La tecnología no ha dejado de sorprendernos y evolucionar; se empieza a reconocer a la bici como vehículo útil para transportarnos en las ciudades; pero los instintos, las costumbres y aficiones de los seres humanos, cuando nos sentimos masa, sigue casi iguales. Pongo como ejemplo la maratoniana corrida celebrada en Barcelona con gran aforo de público, para revindicar la llamada “fiestas nacional” en Cataluña. Y vemos que la legislación que regula estos actos taurinos, no ha cambiado nada. Creo que en lo más profundo de nuestro cerebro, debemos tener cincelados instintos agresivos primarios de supervivencia animal, muy difíciles de modificar, de muy lento avance en su adaptación. Estos reflejos pendencieros nos siguen condicionando, mermando nuestra evolución, a pesar de nuestra inteligencia.

viernes, 3 de julio de 2009

Teatro para el verano

Lugar: Sala municipal de un pueblo pequeño
Personajes:
Alcalde: Juan
Secretario del Ayuntamiento: Ignacio
Concejal de Cultura: Carlos
Concejala de Deportes: Daniela
Concejal de Obras: Ovidio
Vecino1: Pedro: Ecologista esposo de María, María es Concejal de Medio Ambiente.
1º Acto:
Escena 1
Se en encuentran en un despacho del Ayuntamiento. Sentado en una mesa el Secretario: Ignacio, revisando papeles, después, entra el Concejal de Cultura, Carlos
Carlos: Hola Ignacio… ¿Preparando la reunión de hoy?
Ignacio: Revisando los temas.
Carlos: Ya... me gustaría que mis temas no se vieran los últimos.
Ignacio: El orden de la reunión lo establece el alcalde. Habla con él.
Carlos: Ya se lo he dicho, siempre antepone otros temas a lo míos.
Ignacio: Lo siento, en eso, no puedo ayudarte.
Carlos: Me suele olvidar, y eso que a mi lo que me va es la acción.
Ignacio ¿Qué acción?
Carlos: ¡Vamos, mandar! que es lo bueno.

Escena 2
Entra Daniela muy campechana con chándal y haciendo footing.
Daniela: ¿Qué tal Carlos?
Carlos: ¡Ya está aquí la atleta!
Daniela: (Hablando hacia Carlos) ¡Te has levantado con mal pie! ¿O qué?
Carlos: Siempre compitiendo ¡Ganar! ¿Ganar a qué?
Daniela: ¡Otra vez haciéndote el mártir.
Carlos (con sarcasmo): ¿Qué piensas plantear hoy? ¿La construcción de más graderías para el campo de football?
Daniela: Sin bromas con el football, que no estoy yo para soportarlas, después de lo ocurrido en el partido del domingo.
Carlos: ¡Si sabre yo lo brutos que son en este pueblo!
Ignacio: ¿Y la autoridad?, ¿no había nadie ahí?
Daniela: Sólo el árbitro.
Ignacio: Desde luego…
Daniela: ¿Qué podía hace? Si cuando se desatan los ánimos de la gente, no hay quién pare a las masas.
Carlos: No te engañes Daniela, cuando las masas quieren violencia, no se evita fácilmente.
Daniela: ¿Tú que propones? La verdad es que no sé cómo acabar con estos desmanes.
Carlos: No seas simple; hay que empezar por cambiar la mentalidad de la gente del pueblo.
Daniela: ¡Déjate!
Carlos: ¿Prefieres que las cosas sigan como están?
Daniela: En el pueblo hay de todo.
Ignacio: Sí, mucho frustrado, parado, desengañados del trabajo duro, malos estudiantes y nivel cultural bajo.
Daniela: La mayoría no han estudiado, porque nunca han sido motivados. Por ejemplo: en vez de ayudarles con la lectura, con cosas divertidas, tienes que aprender “Sin-tac-xisss”. ¿Para qué sirve la sintaxis?
Carlos: Ayuda a pensar y a razonar
Daniela: ¿Qué pasa, el que no sabe sintaxis: no piensa ni razona?
Ignacio: Todo estudio requiere un esfuerzo, lo importante es el esfuerzo mental.
Carlos: Es verdad. Y eso es lo que falta en este pueblo.
Daniela: ¡Como os pasáis! El deporte requiere esfuerzo, disciplina, dedicación…el fútbol es lo que más gusta a los chavales del pueblo; y hay que tener agallas, y eso no les falta,... y también hay que pensar.
Ignacio: Nadie tiene quejas de los chavales que jueguen al fútbol, pero deberían desarrollar más su inteligencia y control.
Carlos: Mira como está el mundo de mal repartido: Los jugadores profesionales son incapaces de expresarse, ni de controlar sus vidas, son dirigidos como títeres, pero ganan una pasta gansa que ni saben gastar.
Ignacio: Eso, Carlos, no viene a cuento. Hay que reconocer que el fútbol es un juego de equipo, un deporte sano y motivador.
Daniela: Todos queremos que los chavales, además de hacer deporte, también estudien, pero no son mis atribuciones enseñarles a leer o explicarles matemáticas, para eso están los maestros.
Carlos: Faltaría más, ya te veo a ti explicando conocimiento del medio…
Daniela: Tú, Carlos, deberías ofrecer actividades culturales que motiven a la gente, por lo menos deberías montar espectáculos que diviertan.
Carlos: ¡Tú que sabes! Si nunca te veo en las actividades culturales.
Daniela: No tengo tiempo. Pero aquí nos enteramos de todo.
Carlos: ¡Compadreos y cotilleos! La gente critica sin saber nada.
Ignacio: Daniela, está muy bien que el personal practique deporte, pero también tiene que haber otras cosas.
Daniela: Gracias al deporte nos conocen en toda la comarca, nuestros chavales salen del pueblo y conocen otros chavales y lugares, amplían horizontes, hasta ligan.
Escena 3
Entran el alcalde: Juan y el concejal de obras: Ovidio.
Juan: Buenos días a todos.
Daniela: Hola Juan.
Juan: Supongo que ya habréis estado hablando de la situación que tenemos en el pueblo.
Daniela: ¿A qué te refieres?
Carlos: ¿A la política o a la cultural?
Juan: Tenemos que abordar el problema en su conjunto, ir a las causas: Ver qué lo produce.
Carlos: (con guasa) Es verdad, conocer el origen de estos especimenes que conviven con nosotros.
Juan: Sabéis que el pueblo está creciendo.
Ovidio: La población se ha incrementado en más de un 50%. Ahora los nuevos vecinos casi son mayoría.
Juan: Y tienen otras costumbres, alguno hay hasta rarito.
Daniela: Hoy en día, tenemos que compaginar los gustos de todos, de los de antes, con los de los nuevos.
Juan: Y no es fácil contentar a todos los vecinos…
Juan: Sí… habrá que hacer caso “En parte” a cada parte.
Ignacio: ¿Pero a qué parte? ¿Y en qué parte?
Juan: No se trata de partes, sino en analizar cada caso y optar por lo que sea mejor para todos.
Carlos: Analizar, analizar…
Juan: Hay que tomar decisiones. Siempre me toca decidir y toda la responsabilidad sólo cae en mí.
Ovidio: Hay que optar por las cosas que menos daño hacen.
Carlos: Eso está muy bien, pero son verdades de Perogrullo. Nos presentamos con un programa, y a eso nos tenemos que ceñir.
Daniela: No se ven igual los cuernos del toro cuando uno los tiene delante, que cuando se está en la barrera, ¿eh?
Ovidio: No debemos precipitarnos, no se debe atacar directamente a una amplia minoría, hay que respetar a las minorías. Tú, Juan, como Alcalde, te debes a todos. Ya que mañana pueden cambiar las tornas.
Juan: ¡No se puede gobernar a gusto de todos!
Carlos: Ese es el dilema de gobernar.
Ignacio: Ahí está la grandeza y la miseria de ser la autoridad.
Juan: Para ti Ignacio, es muy fácil, tú tan sólo te tienes que preocupar de que se cumpla la norma, y que esté todo en regla y en orden.
Ignacio: ¡Y no es poco! Tengo que ajustar vuestras pretensiones a lo que la ley exige. Tengo que lidiar con muchas reses en la administración y cada una de su padre y de su madre.
Carlos: Antes sabíamos lo que la gente del pueblo quería. Pero ahora ya no.
Daniela: Ahora la gente quiere otras cosas. Y todo lo que sale por la tele, también influye.
Ovidio: Es lo peor, la opinión de la gente cambia constantemente.
Carlos: “Con tanta información y TV, es difícil saber lo que la masa piensa y quiere”
Juan: Vamos a los hechos, al trabajo.
Carlos: ¿Qué hechos?
Juan: A comenzar la reunión con los puntos del día.
Carlos: ¡Acabáramos! Digo… comencemos.
Ignacio: Afuera hay unos vecinos que quieren asistir a la reunión:-como oyentes- ¿Los dejo pasar?
Juan: ¿Acaso hay otra alternativa?...esto va para largo. Diles que no pueden interrumpir hasta el final”
Ignacio: Ya lo saben, sólo en ruegos y preguntas, ésa es la norma.
Juan: Que pasen, pero calladitos, asústales con que desalojo la sala si estorban.

Escena 4
(Ignacio sale un momento y regresa con dos vecinos: Pedro el marido de María, la Concejala de Medio Ambiente y Mario, constructor, interesado en el desarrollo de nuevo plan, se colocan al fondo)
Ignacio: Estamos todos… menos María, que está enferma, ha mandado una disculpa con su marido. Propongo que nos saltamos la lectura del acta anterior, ya la habéis recibido todos, y si no habéis dicho nada, estaréis todos de acuerdo… ¿Alguna disconformidad?…Veo que no. Luego, se aprueba el acta anterior. Pasemos al primer punto del día: “La aprobación del nuevo plan urbanístico.” Lo presentará el Sr. Alcalde.
Juan: El primer punto es la aprobación del nuevo plan urbanístico. Conocéis la necesidad de esta ampliación, debido principalmente al aumento de la población. Es un reto para el futuro de nuestro pueblo; nos permitirá tener nuevas prestaciones de servicios y de calidad. Esto redundará en la calidad de vida de todos los vecinos. Tenemos la obligación de desarrollar y ponernos a nivel de los nuevos tiempos. La parte técnica la expondrá el Concejal de Obras: Ovidio.
Ovidio: Se os ha repartido documentación adicional, donde figura, marcado en colores, las zonas de ampliación urbanística: Las zonas que pasan a ser urbanizables está en azul, el nuevo parque industrial y los nuevos servicios están en rojas, y las que quedan como zonas verdes,… púes verde.
Juan: Notareis que el casco viejo se ha quedado pequeño, cada vez hay más gente que quiere vivir en nuestro término.
Ovidio: Según lo expuesto por el Sr. Alcalde, debemos ofrecer más servicios de calidad, esto se concreta en este proyecto, con varias actuaciones:
1.-Construir la nueva guardería.
2.-La ampliación del colegio, incluido el nuevo comedor.
3.-La ampliación del centro médico.
4.-Crear una nueva zona de viviendas unifamiliares.
Juan: Estas actuaciones permitirán que se creen e incrementen nuevos puestos de trabajo.
Daniela: A ver si es verdad, y evitamos que los jóvenes se vayan a la capital.
Ignacio: Se ha revisado la documentación, y verificado que se cumple escrupulosamente toda la normativa de edificabilidad requerida, tanto regional como nacional.
Juan: Dicho todo esto, estoy aquí para responder y aclarar cualquier pregunta que me queráis formular relativas a la ampliación.
Ovidio: Como Concejal de Urbanismo. Agradezco al Ilustrísimo Sr. Alcalde el apoyo prestado: su esfuerzo, entrega y dedicación.
Ignacio: Hemos colaborado todos. Y por supuesto a la cabeza, nuestro querido Alcalde.
Ovidio: Por ello, todos agradecemos su desinteresado apoyo; gracias al cual, y en buena hora, estamos a punto de aprobar este nuevo plan urbanístico.
Juan: Resta tan sólo aclarar: que se han tenido en cuenta todas las opiniones. Y si no hay ninguna otra observación, pido que se pase a votación para su aprobación.
Ignacio: Oído lo expuesto se someter a votación a mano alzada de este Pleno. ¿Se aprueba la ampliación al plan urbanístico?
(Pedro levanta la mano y pregunta)
Pedro: ¿Puedo decir algo?
Ignacio: Quedó bien claro, antes de dejaros entrar, que el público asistente no puede intervenir en las deliberaciones, ni en las votaciones que están establecidas en el orden del día.
Pedro: Pero es que mi mujer no ha podido venir y me ha encargado que hable en su nombre.
Ignacio: Sólo si la autoridad lo faculta, terminado el orden del día, se podrá plantear algún ruego o pregunta.
Pedro: Pero esto no es justo ni democrático.
Ignacio: Es el procedimiento, y a él nos tenemos que ceñir, sino, esto sería la anarquía.
Juan: Ignacio: Ya que Pedro viene en nombre María. Sólo por esta vez, y sin que sirva de precedente, que diga lo que tengas que decir.
Pedro: María, mi mujer, dice que se opone a este plan urbanístico, y me ha dicho que os trasmitiera su voto negativo al plan, porque incluye la construcción de un gran complejo de campos de golf, con un hotel de 5 estrellas y las 3000 chalets de lujo sólo para socios, Nadie ha sacado este tema aquí.
Juan: Este es un tema que ya está hablado. Y en el que todos estamos de acuerdo- menos tu mujer que no está.
Pedro: Pero antes de su aprobación debería darse a conocer los intereses que hay detrás.
Juan: Ovidio está más enterado, y os puede contar los detalles técnicos.
Ovidio: Toda la información técnica fue publicada, y ya se ha discutido. Todo el pueblo está de acuerdo con seguir con el plan.
Daniela: El pueblo está enterado. Habrá más trabajo: para los comercios, para los bares. Se necesitarán restaurantes de calidad. Y tendremos un polideportivo de calidad.
Ignacio: La construcción se incrementará y se necesitará más mano de obra que saldrá del pueblo.
Carlos: Aunque tú, Pedro no lo creas, Hemos analizado todos los pros y los contras de esta operación, y gana por mayoría, los beneficios que nos aportará. No todo es malo en el desarrollo.
Ovidio: Los vecinos saldrán beneficiados, sus casas y solares se revalorizarían.
Juan: Debemos seguir con el orden del día. Y no se permitirá más interrupciones.
Ignacio: Procedamos a la votación.
(Todos menos los vecinos oyentes levantan una mano)
Ignacio: Visto el resultado, certifico que la propuesta de ampliación del plan urbanístico presentado, queda aprobada por unanimidad- Los ausentes no cuentas. Así que sin más dilación: pasemos a ver el siguiente punto de esta sesión, que es la aprobación, si procede, del presupuesto para la ampliación del plan director urbanístico. Tiene la palabra el Sr. Alcalde.
Juan: Gracias. Aprobada ya la ampliación del plan urbanístico, pasemos a presentar los presupuestos de dicho plan. El presupuesto está estructurado para que no cueste ni un duro al erario público: como se ve en las hojas adjuntas que expondrá Ovidio.
Ovidio: Gracias Sr. Alcalde. Todos los costes de las nuevas obras están subvencionados por las empresas que participan en el plan. Luego nuestra función sólo consistirá en verificar y controlar que todo se haga de acuerdo al plan previsto.
Daniela: Todos nuestros vecinos estarán agradecidos de que esta ampliación de servicios, no les cueste nada.
Ovidio: Esfuerzo nos ha costado, llegar a esta óptima situación, no ha sido fácil, hemos tenido largas y duras negociaciones con las empresas implicadas. Las cuentas están claras…y como ya han sido revisadas meticulosamente por todos los presentes, así como por la intervención contable competente; creo que es hora de pasar a su aprobación.
Ignacio: Se procede a votar a mano alzada su aprobación. ¿Se aprueban los presupuestos de la ampliación al plan urbanístico?
(Todos menos los vecinos oyentes levantan una mano)
Ignacio: Visto el resultado, certifico la aprobación del presupuesto del nuevo plan urbanístico, queda aprobada por unanimidad. Pasamos al siguiere punto del día: Se procede a tratar los temas pendientes de Cultura y Deportes que por falta de tiempo, quedaron pospuestos de la sesión anterior. Tienen la palabra los Sres. Concejales de Cultura y Deportes.
Daniela: Carlos, tú primero.
Carlos: De ninguna manera, primero las damas.
Daniela: Primero tú, lo tuyo es más antiguo.
Carlos: No Daniela, lo tuyo es más urgente.
Juan: Bueno, empezar ya, que no tenemos toda la tarde, que hoy hay partido de la Champion. Venga, que empiece Daniela.
Daniela: Bueno, ya sabéis lo que pasó en el partido de la semana pasada. No podemos dejar pasar más tiempo sin que establezcamos un plan de control para el futbol. Hemos hecho varias propuestas para asegurar la seguridad en el campo. Está la valla metálica para separar el terreno de juego del público. La otra opción es contratar un servicio de seguridad.
Ignacio: Nos haría falta, por lo menos 20 seguratas, para todos los domingos; y poder controlar la entrada y a los bordes que vienen al terreno durante los partidos.
Ovidio: Además, si no juegan los mayores, juegan los chavales y en estos partidos, los padres todavía se calientan más cuando reciben leña sus hijos.
Juan: Esto de los seguratas es una sangría que el pueblo no puede asumir.
Carlos: Daniela, poner una alambrada, no se puede.
Ignacio: La normativa de seguridad no lo permite.
Daniela: Entonces, no nos queda otra que, no dejar pasar a la gente a ver los partidos.
Ovidio: Más personal de seguridad. Es la única solución posible. He estado hablando con las empresas que se van a instalar en el polígono industrial. También están preocupadas por la seguridad en la zona del polígono.
Juan: Sobre todo ahora, que esa zona está deshabitada, por ahí no circula un alma. Tienen miedo a los robos.
Carlos: Ha aumentado la población temporal y de extranjeros en la zona, vienen a los trabajos temporales de recolección…y es un peligro, después del trabajo, se quedan vagabundeando, desperdigados por toda la comarca.
Ovidio: A lo que iba, hay mucho dinero invertido en maquinarias y materiales industriales en el polígono y eso no puede quedar abandonado. Ya han empezado los robos de material eléctrico.
Juan: Por estas razones de seguridad, el ayuntamiento está colaborando con los empresarios y comerciantes de la zona.
Ignacio: Así es, por eso es imprescindible la creación de un consorcio de seguridad que preste este servicio. Se está creando una empresa de seguridad privada, cumpliendo todas las normas legales, por supuesto, para mejorar la seguridad en la zona y que beneficie a todos.
Ovidio: Aprovechémoslo. Antes de esta reunión, les he puesto como condición a los empresarios, que el personal que contraten también tiene que ayudar en la seguridad al pueblo. Les pedi que cuando el Ayuntamiento lo requiera, por motivos de seguridad, deberán prestar sus servicios a este consistorio.
Ignacio: Eso está bien.
Ovidio: En concreto, les planteé el problema que tenemos de seguridad durante los partidos del futbol. No estuvieron reacios, creo que aceptaron, sólo falta ajustar algunos flecos compensatorios. Así que en el futuro, esperemos que este problema este resuelto.
Juan: Obviamente, se tardará un tiempo mientras se constituye la empresa de seguridad y se obtienen los permisos pertinentes.… Pero a la larga, creo que el problema de inseguridad en los partidos, y el todo el término, estará arreglado.
Daniela: Pero el problema lo tenemos hoy, y hasta entonces, ¿qué hacemos? No vamos a interrumpir los partidos de las ligas en que participamos. Necesitamos una solución inmediata.
Carlos: Propongo que hasta que se tenga ese personal de seguridad, el Ayuntamiento contrate o haga venir a más policía.
Juan: Carlos, me gustaría tener un cuerpo de policías municipales propio, pero el ayuntamiento no puede asumir ese coste, tampoco tenemos habitantes suficientes que lo justifique... Y bastante hace la Guardia Civil en mandar una patrulla cuando puede, sé que no tienen suficientes agentes.
Daniela: ¿Entonces qué? Tendrás tú que asumir la responsabilidad de lo que pase en el campo. La Federación de fútbol ya nos ha multado varias veces. Estos desmanes tienen que acabar.
Juan: Lo único que se me ocurre es solicitar apoyo a Protección Civil de otros pueblos, les pagamos las dietas y los desplazamientos, e incrementamos la plantilla de seguridad con este personal.
Carlos: No sé,... en muchos de esos pueblos también tiene partidos. ¿No sé si vendrán?
Juan: Dadme un semana, el próximo miércoles tenemos reunión los alcaldes de los pueblos de la zona, plantearé el problema y seguro que a alguna solución llegaremos. Os mantendré informados.
Carlos: Bien, visto lo visto, ahora va lo mío. Lo mío es lo de siempre, Ya sé que no queda dinero. Y que no hay ni un duro para actividades culturales.
Ignacio: Así es, el siguiente punto es Cultura.
Carlos: Me toca: Como sabéis, a todos los organismos competentes y a muchos más, ya les hemos sacado todo lo que se les podía sacar. Nos han dado ayudas similares a la de otros años. Y lo que es peor, con las mismas formas y condiciones. Así que vienen los mismos grupos subvencionados, los de todos los años.
Daniela: Tenemos a la gente del pueblo aburrida. Siempre con las mismas músicos, los mismos grupos de teatro, hasta los mismos payasos.
Pedro: (interrumpe y se pone de pie): Todos los años, en las mismas fechas, repetís las mismas actividades, ya podríais pensar un poco.
Ignacio: Tú a callar o llamo al alguacil para que te saque.
Carlos: Por eso a las actividades culturales siempre asisten los mismos, o cada vez menos personal; la gente se aburre. Y después, aguanta las quejas de los que vienen… y de los que no vienen. Ya casi no salgo de casa para no cruzarme con nadie, mando a mi mujer a comprar.
Juan: Lo malo de tener un cargo público es que la gente no te deja en paz. Creen que estás para atender todos sus problemas, a todas horas y en todas partes. Siempre hay algún disgustado, listillo o pesado que tiene que darte la murga.
Daniela: De estos no nos salva nadie.
Juan: Y del dinero, a corto plazo, nada de nada, no tenemos ni un euro en caja. Lo que si puede ser es que en el futuro, podemos conseguir que alguna de las nuevas empresas, financie, o done dinero para actividades culturales.
Ignacio: Ya sabéis que lo que gastan en cultura las empresas, les desgrava hacienda. Además, hay que hacer previsiones realistas; no se puede improvisar el gasto en función de la moda cultural, no somos una veleta girando según el aire que corre.
Ovidio: Perdona que me meta, ya se que cultura no es mi competencia, pero antes de la reunión estuve hablando con Mario, que lo tenemos aquí de vecino, si me equivoco puede corregir mis palabras. Me contó que los empresarios estarían dispuestos a dar una considerable cantidad dinero para mejorar la oferta cultural del pueblo.
Carlos: Hombre, es la primera noticia agradable que recibo en el día. ¿Y a cuánto ascendería?
Ovidio: Depende.
Carlos: ¿Cómo que depende?, ¿de qué depende?
Ovidio: Depende de las actividades que proponga el ayuntamiento. A los empresarios no les gusta despilfarrar el dinero.
Carlos: No entiendo… ¿Y quién va a proponer las actividades?
Ovidio: Pues el ayuntamiento,… pero antes de soltar el dinero, los empresarios quieren conocer en que actividades se va a invertir. La cantidad de dinero que den, estará supeditada al tipo de actividad a que se dedique.
Daniela: Lo que quieren es publicidad…es legítimo. Todos perseguimos algún beneficio. En definitiva, quieren negociar su plan de inversiones.
Juan: A mi no me parece mal. Las actividades culturales que venimos haciendo con fondos propios, ya las tenemos. Y sería incrementar la oferta cultural con nuevas aportaciones e ideas. Deberíamos tener una reunión con ellos para definir todos estos temas.
Ovidio: Voy a ser franco, los empresarios quieren actividades para que vengan gente de afuera, a ver los espectáculos y a consumir.
Daniela: ¡Lógico, quieren más negocio para sus comercios!
Ovidio: Por ello, están dispuestos a incrementar sustanciosamente su aportación en las fiestas, en especial en lo referente a los toros, que es lo que trae gente…Pagarían todo el gasto de la plaza. ¡Qué no es poco!
Carlos: ¡Vamos que más cultura de toda la vida! ¡Más toros y marcha! Yo no sé qué concepto tenéis de cultura, pero los desmadres de las fiestas lo único que produce es más barbarismo.
Ovidio: Un momento. Siempre, y tradicionalmente, la comisión de fiestas ha gastado un buen peñisco del presupuesto asignado a cultura, en toros.
Carlos: ¿Y ahora proponéis más de lo mismo? ¡Esto es de locos!
Juan: Carlos, no te ofusques, seamos prácticos. Si los empresarios están dispuestos a correr con todo el gasto taurino, nosotros nos centraremos en financiar las demás actividades culturales, mejorándolas e incrementándolas. A mi me parece que no es un mal trato.
Ovidio: Hasta los constructores están de acuerdo en esto. Que haya vidilla en el pueblo, les beneficia, dicen que incrementa el valor de las viviendas.
Carlos: ¡Dios Santo, lo que hay que oír! Me queréis hacer comulgar con ruedas de molino. Pero la cultura es de todos, y tenemos la que nos merecemos. Si creéis que es lo mejor para el pueblo, no se hable más. Me someto a la voluntad popular. Tengamos esa reunión con los empresarios de la cultura, y acabemos con este trago taurino.
Juan: Luego, la aprobación definitiva del presupuesto de cultural, queda pendiente para después de lo que se acuerde en la futura reunión con los empresarios, que tú Ovidio fijarás y acordarás con ellos. También debe asistir a ella los concejales de: Cultura, Deportes y Medio Ambiente: María, que hoy no ha podido venir por enfermedad, pero que algo tendrá que decir.
Escena 5
Ignacio: Acabado los temas del orden del día, pasemos a ruegos y preguntas ¿Si no hay inconveniente por parte de la autoridad?
Pedro: Ya era hora, conociéndoos, no sé para qué he venido aquí. Ya está todo dicho, decidido y sentenciado. ¡A ese esperpéntico plan urbanístico, no lo para nadie!
Daniela: Es lo que hemos acordado democráticamente.
Pedro: Ya está todo dicho, Me repito, no sé qué pinto aquí. De todas maneras, no me voy a quedar con las ganas, lo voy a decir otra vez; aunque sólo sea para que a alguno le muerda la conciencia y me sigáis llamando el toca pelotas.
Ovidio: ¡Portavoz de su mujer, a lo que llegan algunos!
Pedro: María no ha podido venir, está mala. Después de haberos escuchado, creo que mala la habéis puesto. Vosotros,... Sí: con vuestro plan de desarrollo. Desde luego, es mejor que no haya venido; se le hubiera puesto el cuerpo mucho peor.
Ignacio: ¿Puedes ir acabando? Hoy hay partido de la Champion.
Pedro: Partido, partido…Por supuesto que en el pueblo hay personas que este proyecto les beneficia directamente: comerciantes, dueños de bares, restaurantes, constructores… Los de siempre, los que tienen posibles. Estos que ahora se estarán frotándose las manos por los futuros pingües beneficios que esperan obtener. ¿Quiénes?... como siempre; los ricos, los propietarios. Todos estos saldrán ganando. Sus casas y solares se revalorizarían. ¿Pero todos estos, qué representan? ¿El 10% de la población?
Juan: Estás muy equivocado, beneficia a todos, directa o indirectamente.
Pedro: Sí, a las fuerzas vivas y poderosas del pueblo. No te digo, a los de siempre, a los que vivís de maravilla. Este plan os viene muy bien. ¿Y que pasará con el resto, con el 90% que se tiene que buscarse las habichuelas a diario? ¿Y a los otros?..., a los pobres, a los parados, ¿Qué? - Por un período de tiempo – y mientras duran las obras, también estarán contentos, tendrán trabajo y podrán comer. Pero después… ¿Qué? Subirá la contribución urbana de las zonas donde viven, al pasar a ser una zona de ricos. Diréis que sus casas tienen mayor valor añadido. Tendrán que pagar más, para que su barrio esté bonito y limpio, con buenos servicios.
Ovidio: ¡Nadie ha hablado de subir la contribución urbana!
Pedro: Subirán los precios de los comestibles, las consumiciones de los bares. Porque todos los comerciantes, buscarán ganar más con los clientes ricos, satisfaciendo sus gustos y caprichitos. Eso sí, todo será de mejor calidad: Los comedores de trabajadores pasarán a ser restaurantes con estrellas Michelin; las tiendas de ropas, “boutiques”; las tiendas de comestibles, Centros comerciales de alto “estanding”.
Daniela: Eres un exagerado.
Pedro: Ya lo verás Daniela, poco a poco, la gente del campo se verá empujadas a vender sus tierras y casas. Los que no se adapten, se tendrán que ir a otros pueblos, donde puedan trabajar con la tierra de otros, que es lo único que saben hacer. Los privilegiados que vendan sus tierras y casas a buen precio, se comprarán un pisito en la capital, donde pasarán los últimos años de sus vidas, en los bares y en los parques; con el recuerdo lastimoso del campo que vieron sus ojos de niño.
Ignacio: ¿Este perorata ya la conocemos.¿Puedes terminar ya?
Pedro: Recordad… reíros cuando los viejos, obligados, al no poder sostener sus viejas casas: también venderán. Vuestros abuelos acabarán sus días en una residencia, pagada con el dinero de la venta de sus viejas propiedades. Poco a poco este pueblo pasará a ser un pueblo moderno y de ricos… Ricos que pasan aquí las vacaciones; o nuevos ricos, residentes de fines de semana…De los antiguos habitantes, al principio quedarán unos pocos, los que consigan adaptarse a los trabajos de sirvientes, o servicios, en el complejo golfístico: De jardineros, vigilantes de las urbanizaciones, de cajeras del centro comercial de lujo, de camareras…Después, poco a poco, por los bajos sueldos, serán sustituidos por emigrantes de otros colores y acentos, de más bajo coste, que permiten incrementar los beneficios empresariales.
Ignacio: Acaba ya, que nos tenemos que ir.
Pedro: Con la aprobación de este plan de desarrollo que habéis votado: Negro será el futuro que nos espera. A algunos les viene bien y serán nuevos ricos, codeándose con famosos y con las clases altas de siempre. Pero este ya no será el pueblo agrícola que hasta ahora conocemos. Ni el campo que nos rodea será igual, habrá que pagar para pasear por él. Los que os hayáis enriquecido, arrastraréis un carrito con palos y una pelotita, a la que habrá que golpear para meterla en un hoyo. ¡Vaya futuro más productivo que os espera!
Ovidio: Anda que vaya discursito catastrofita que nos estás soltando. Ya conocemos tus argumentos. Antes ibas de anarquista republicano ¿Y ahora qué? ¿Te has pasado a los ecologistas visionarios de futuro incierto del mundo? Lo tuyo no cambia, siempre dando la nota.
Juan: Menos mal que no te apoya ni Dios. La mayoría del pueblo quiere progresar y mejoras. Tú no convences a nadie. No sé por qué te aguantamos. Claro que siempre tiene que haber una oveja negra, un rarito, en la familia, y a nosotros nos has tocado en una mala rifa.
Daniela: Te pongas como te pongas, este plan va a salir, así que no deberías molestarte en venir a contarnos tus batallitas.
Ovidio: Y si tanto te molesta la actitud de la mayoría del pueblo, la carretera de salida está siempre ahí. Aunque no sé si en otro lugar te aguantarían.
Ignacio: Creo que ya está todo dicho, es tarde, se cierra la sesión.
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Que lo disfrutéis