Hoy toca Saramago. Y supongo que se ha escrito, contado, y hablado mucho sobre su muerte estos días… pero es poco. Para ser viejo, era un hombre actual con su tiempo, basta leer su último comentario en su su blog del día 18: “Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión. Que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que sin ideas, no vamos a ninguna parte”.
La dirección del blog de Saramago la tenía en preferentes y con notificación de nuevas entradas, para estar a la expectativa de lo que mandara este viejo pensador. Ahora será una vía muerta, sin nuevos comentarios. Hemos perdido un enlace fundamental, además de la perdida de un autor que hemos leído con pasión, que resultó en el club de lectura tan polémicos, nada aburridos.
Jesús Rocha
Este blog es principalmente para los participantes del club de lectura de Fontanar en Guadalajara. Se puede escribir comentarios de los libros leídos, obviamente, pero no se permiten ofensas personales. Y se ruega que en los comentarios se identifique el autor.
Sin ser un libro estrictamente histórico, hemos leído en el Club esta autobiografía del Emperador Romano Claudio (cargo que le vino sin buscarlo pero que ¡oh misterio! NO RECHAZÓ, porque el poder era muy goloso, aunque sólo fuera para poder publicar sus escritos).
ResponderEliminarBueno que nos hemos leído un libro NO-NOVELA y aunque era una sucesión de hechos trágicos, malvados, sangrientos, perversos..., nos ha permitido hablar del enfrentamiento entre el bien y el mal, o de lo lejos que puede llegar una inteligencia malvada, hasta el punto de "levantar admiraciones". Y es que, ¡donde esté un asesinato con Arte, al estilo de Livia ...! (es ironía, por supuesto).
Y, claro, lo que nos ha permitido es, sobretodo, conocer el día a día cotidiano de los tres primeros emperadores romanos, tan igualitos, porque cuando la única aspiración es llegar a lo más alto, no se les podía poner nadie por medio, ni madres, ni hijos, ni esposos, porque no vivían para contarlo.
Muy interesante para comprender cómo el Gran Imperio Romano estaba ya muy corrompido por dentro cuando le vino su final desde fuera.
A mí me ha gustado el libro.
Quiero leer la segunda parte.