miércoles, 4 de diciembre de 2013

No mires debajo de la cama

Juan José Millás
Lo que dicen los vagos sobre esta novela

2 comentarios:

  1. Después de haber leído el libro, aplicando mi tradicional costumbre de polemizar y llevar la contraria, digo y me reafirmo en lo dicho, en contradicción con la tónica de algún@s:
    Que el libro es atípico, interesante, no es una novela al uso, con un hilo conductor, fácil de leer. ¿Tiene argumento? Lo dicho, para gustos los colores, cada uno puede ver lo que le apetezca, como cuando miramos un cuadro abstracto. Si queremos una crítica encorsetada: ir al rincón del vago, donde da una visión escolar de: argumento, estructura, tema y tendencia.
    Desde luego, cuando uno mira o lee algo, lo importante y lo fundamental es el sabor, el gusto que deja. Pero si queremos compartir con otros nuestra visión de lo leído o mirado, hay que interpretarlo y expresarlo, de ahí viene la crítica literaria o artística. Pero… ¿qué es lo que pasa? Nunca lleve a gusto de todos; los matices criticados pueden ser coincidente con los gustos de algunos y no con los de otros. ¿Cuándo es coincidente? … Cuando el receptor del mensaje siente afinidad, cuando despierta alguna vivencia identificativa propia. Por ejemplo nos gustan las canciones que alguna vez entraron en nuestras vidas y estuvieron relacionadas con algún sentimiento que alguna vez vivimos. Si una música la sentimos como ruido, como podría ser el caso de la música china, para la mayoría de nosotros, los accidentales, lo más probable es que no despierte una valoración positiva. Muchas veces en el arte, cuando es nuevo, o desconocido, no es aceptado de forma inmediata; su aceptación suele ir con retraso, por chocante con los esquemas establecidos: los cánones. La torre Eiffel, inicialmente no gustó a la mayoría de los parisinos, y hoy es su símbolo más preciado. Para generaciones de mayores, el actual rap, o los pantalones caídos en la moda juvenil no suelen gustar. Aunque de jóvenes, más de uno nos pusimos prendas estrafalarias para hoy en día.
    Si nos quitamos un poquito los clichés, este libro es diferente, raro, “esperpéntico” (Hecho grotesco. Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, escritor español de la generación del 98, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboración muy personal el lenguaje coloquial y desgarrado. Tendencia a plasmar en la obra artística una visión deformada y grotesca de la realidad). Casi un cuento largo o novela de submundos de ficción no verosímil. Puede que un experimento, Como ocurre con la pintura impresionista para su tiempo o la pintura abstracta para muchos. Con la experimentación avanzamos los humanos. Aunque al final, solo nos quede el gusto personal, pero que tampoco es inmutable, cambia, como cambiamos nosotros; y muchas veces, no somos conscientes de ello.
    Jesús R.

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  2. Lamentablemente, este libro pudo conmigo, de hecho confieso que aunque no es una cosa que suela hacer, no lo termine de leer. Coincido con Jesús que es esperpéntico, y que me parece una buena elección para que sea lectura obligada para jóvenes lectores. ¿Por qué? por que rompe esquemas, hace pensar, mueve a odiarle, a abandonarle o mirarse los pies, remueve.
    Yo, digamos que creo saber que busco en la lectura, y el libro no me ha llenado... no quiere esto, al igual que elijo una copia de un cuadro impresionista para poner en mi salón y no una copia de un artista renacentista, no haya tenido que conocer ambos para poder elegir.

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